miércoles, octubre 26, 2005

Bienvenido a bordo

Hoy me he vuelto a levantar con la carraspera, a la que ya hay que sumar dolor de garganta propiamente dicho, congestión nasal, estornudos, toses descontroladas, cansancio, malestar general y fotofobia. Ha sido, como véis, uno de esos días en los que la vida nos sonríe desde el primer momento y todo es felicidad y alegría. En la Facultad, hemos estado de consenso para decidir si el día 31 hay o no hay clase. Aún no nos hemos decantado por ninguna opción, era mucho pedir. Además, en la hora de Citología, la profesora nos ha dejado en ascuas al mencionar que mañana han organizado algo que para nosotros va a ser una sorpresa muy agradable. Como es lógico, no hemos podido tirarle de la lengua y la expectación ha creado un clima de tensión, violencia e incertidumbre en la clase. Habrá que esperar...
Pero bueno; la cuestión es que después de volver de la rehabilitación (hoy hemos aprendido a cocinar solomillo con salsa de queso de Cabrales, pero no con Arguiñano, sino con el de Telemadrid, cuyo nombre no conozco), mi padre ha llegado a casa después de su viajecito. Eso ha significado, por ejemplo, no tenerme que ir a buscar a mis hermanas, con lo que la tarde ha sido bastante més tranquila. Y lo agradezco, porque estoy hecho una piltrafa. Y, a eso de las seis de la tarde, ha llegado el gran momento: ayer por la tarde recibí una llamada de José Luis, uno de los sacerdotes de la parroquia de aquí, para ver si estaba interesado en hacerme cargo de una manada...esteee, perdón, grupo de niños a los que dar catequesis. Concertamos una cita para hoy, y allá que me he ido, con mi carraspera y mi voz de ultratumba y mi congestión y todo lo demás, dispuesto a ingresar en la plantilla de jóvenes catequistas de este lugar.
Y así ha sido. Después de hablar un rato, hemos quedado en que volviese a las 8:00 (joééé...) para conocer a mi compañera e ir familiarizándome con los niños. He llegado puntualmente y me he encontrado con un grupo de siete chavales (sospecho que no estaban todos los que son) de doce y trece años, que me han causado una buena primera impresión, así como mi compañera, Mar, una catequista con experiencia que me instruirá en el arte de manejar a estos chicos. Yo, como joven aprendiz que soy, he decidido empezar con buen pie (lo primero que he hecho ha sido quedarme con todos los nombres, y eso ya tiene mérito) y he puesto mucha atención en todo lo que se me ha dicho. Espero haber causado yo también una impresión favorable, aunque no ha sido fácil, ya que entre la voz de carraca que se me ha quedado, la boca permanentemente abierta luchando por respirar y los ataques de tos asesina, a los ojos de los niños debo de haber parecido un demente peligroso, nada recomendable. Por lo demás promete ser muy interesante, la verdad, aunque Mar ya me ha advertido: "No son tan buenos como parecen, hay que tener mucho cuidado..."
Así que aquí estamos...como ha dicho José Luis, "Bienvenido a bordo". Espero que se me dé bien...si sobrevivo a las primeras reuniones, ya os contaré...aunque de momento tengo toda una semana antes de enfrentarme a mis pequeños monstruitos. Vayamos con calma.

2 magos dieron su sabia opinión:

Blogger CGI MANAGEMENT proclamó...

Yo no tengo clase el lunes, ñeñeñeñeñeñe... :)

Suerte con los mini monstruos, tienes un valor...

8:31 p. m.  
Blogger Kilian proclamó...

No tengo con 1ª comunion, me he apuntado para donde había plazas...
pues eso, que zapatitis va a ser... en fin.¡Gracias x los animos, florecilla!;)

11:24 p. m.  

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