viernes, noviembre 11, 2005

Más vale prevenir que curar

Hoy, al llegar a casa, ha habido un momento en que he ido a decirle algo a Amalia, procediendo para ello a darle un toquecito en el hombro con objeto de llamar su atención. Ella me ha rogado que tuviese cuidado con eso, porque se da el caso de que hoy mismo le han puesto una vacuna y está ligeramente molesta. Yo he comprendido perfectamente y he procurado guardar las distancias para evitar hacerle pupa. A la hora de la cena ha aparecido con el brazo colgando lastimosamente, diciéndonos que le dolía bastante y que le costaba mucho moverlo. Mis padres le han sugerido que se tomase un Efferalgan, y cuando ha vuelto de la cocina con la caja de pastillas, yo le he dicho: "Cuidado, ¿eh? Tienes que disolverlo en agua", ante lo cual ella se me ha quedado mirando como si pensase que le estaba vacilando y me ha respondido: "Lo sé...es evidente, ¿no?". Y yo he optado por darle la razón, porque a decir verdad, sí, es bastante evidente. Pero es que yo, la primera vez que tomé ese medicamento (hace unas semanas) no lo encontré tan evidente. Yo estaba por aquel entonces con la garganta hecha una mierda y, cuando mi padre me trajo la pastillita, me quedé mirando el espectacular diámetro de la misma (unos tres centímetros y pico, a ojo de buen cubero) preguntándome cómo demonios iba a ser capaz de tragarme aquello. Como siempre, a la hora de la verdad, decidí que lo mejor era no pensar en ello y me la puse en la boca. Luego, mientras cogía el vaso lleno de agua, pensé decidido: "Al coleto, así a lo bestia, y seguro que pasa perfectamente". Y así lo hice. Con un sonido parecido a "glokk", el agua se empezó a deslizar por mi confiada garganta...y sólo en ese momento, cuando la pastilla emitió un siniestro "pschchch" y empezó a disolverse sobre mi lengua, cuando el susto que me llevé hizo que se me atragantase toda el agua, cuando forcejeé con el condenado medicamento hasta que conseguí tenerlo en la mano (burbujeando y espumeando) y cuando, entre toses y estertores (míos) , pude oír a mi padre que decía "Pero ¿se puede saber qué has hecho, animal?" mientras contemplaba la pastilla asesina y el suelo mojado con toda el agua del vaso, comprendí que el Efferalgan era, como su propio nombre indica, EFERvescente, y que la forma de tomarlo que yo había intentado no era la más adecuada si lo que uno busca al hacer uso de él no es morir de un paro cardíaco.

4 magos dieron su sabia opinión:

Blogger Kilian proclamó...

Gracias, Mercklad, a mí también me caes muy bien...pero tío, ¡lo que me pude reír después...!

1:39 a. m.  
Blogger Hinoto proclamó...

Y lo que me he reido yo ahora! xD

Es que a veces ocurren cosas que al rato piensas "¿cómo no me di cuenta de algo tan obvio?" pero luego son los recuerdos que guardas muuucho tiempo.

Consejo: Leete los prospectos de los medicamentos, excepto los efectos secundarios, que dan muy mal rollo.

Saludos.

1:59 a. m.  
Blogger CGI MANAGEMENT proclamó...

Pero eso qué era??? Un analgésico o un Peta Zeta??? xDDDD

10:11 a. m.  
Blogger Kilian proclamó...

Gracias, Hinoto, por tu consejo...mira que habría sido sencillo, joé, si es que es para darme de leches...;)
Florecilla, yo me decanto más por la segunda opción, aunque nunca se sabe...lo investigaré.:)

9:46 p. m.  

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