lunes, marzo 27, 2006

Tierra, trágame

Pues la historia comienza hace tres noches, con un par de energúmenos (uno de cuatro patas y otro de dos) dando su paseíto de rigor por el campo que hay cerca de su casa. Temperatura agradable, cielo despejado, ni pizca de viento...todo muy primaveral, vamos. Athos avanza contento, curioseando todo lo que hay a su paso, mientras yo le sigo, entregado a grandes reflexiones.
Seguimos caminando según nuestro recorrido habitual. Generalmente, el paseo completo sólo lo damos de día y por la noche acabamos un poco antes, puesto que hace más frío y hay más ganas de volver a casa. Sin embargo, esta vez decido que hay que aprovechar el buen tiempo y seguir hasta el final.

Y ahí es donde entra el gran don que tengo para ser oportuno y para tomar las decisiones que tomo en los momentos más adecuados.

Athos sigue trotando, seguido muy de cerca por mí. El camino traza caprichosas curvas en medio de árboles y arbustos...y de repente, tras un recodo de la senda, aparece. Algo que no encaja del todo, como una nota discordante en una melodía conocida. Hay una forma incierta, a un lado del camino, que no debería estar allí. Desgraciadamente, la total y absoluta oscuridad me impide determinar con claridad de qué se trata...pero luego, tras un examen más detenido, descubro que tengo ante mí una especie de manta. Curiosamente, al perro le llama la atención, porque le gruñe ligeramente y se pone a mover la cola. Esta reacción hace que yo me interese más por la dichosa mantita y me quede mirándola durante media hora con cara de estúpido, mientras Athos se pasea por encima de ella, la olisquea, la pisotea, la lame unas cuantas veces y le gruñe otro poco. Por supuesto, sólo después de todo el ritual perruno de investigación (no antes) me doy cuenta de que sobre la manta hay un chico y una chica que habían salido a disfrutar de la noche primaveral y estaban haciéndose cariñitos y arrumacos, tan felices ellos, sin pensar que en cualquier momento podían aparecer esos dos seres monstruosos, surgidos de las profundidades del Abismo, dispuestos a jorobarles la cita en una décima de segundo.
Por primera vez bendigo y agradezco la oscuridad que me rodea, porque mi rostro, en otra décima de segundo, pasa de su color normal al blanco leche y luego al rojo brillante, mientras me abalanzo sobre el perro, que continúa dando la murga, para tratar de ponerle la correa (es en ese momento, además, cuando me doy cuenta de que he ido todo el camino canturreando y tarareando). Me dirijo a la pareja:
"Losientolosientolosiento...nooshabíavisto...llevoalperrosueltoyclaro, jeje...perdónperdónperdón...vamos, Athos...adiós."
Salgo corriendo, agarrado a la correa del perro. Un trecho después, nos paramos y me encaro con él: "¿¡Me quieres explicar ahora cómo vamos a volver, desgraciado!? ¡Porque yo no paso por ahí delante otra vez!"
Athos me mira, mueve la cola y no aporta ninguna idea. Típico.
De acuerdo, calmémonos...a ver, el truco está en dar un pequeño rodeo...sí, eso es.
Salgo del camino. Al instante, me encuentro con cardos borriqueros, baches, pedruscos, obstáculos diversos y maleza que cruje de una forma espectacular cuando nos movemos. Intento poner cara de "Éste es mi recorrido habitual, solo que está un poco descuidado" y moverme con soltura. El resultado es bastante satisfactorio, salvo por el hecho de que estoy a punto de bajar rodando una cuesta y darme un chapuzón en el charco inmenso que hay al final. Por lo demás, sigo caminando detrás del perro, que se desenvuelve con la habilidad de una cabra montesa.
Al subir otra cuestecilla, pasamos por delante del camino y, con el rabillo del ojo, distingo fugazmente al chico, que está observándonos. Así que yo, muy digno, saltando por encima de adoquines y ortigas, me centro en mi cara de "Éste es mi recorrido habitual, solo que está un poco descuidado", y sigo avanzando...

sábado, marzo 18, 2006

Recopilatorio de frases célebres

A petición de muchos de mis amigos y también por iniciativa propia, he colgado este post con las perlas y paridas más estrafalarias que salen de nuestras bocas día a día. Que las disfrutéis...ya iré añadiendo más a medida que surjan. Entre paréntesis pongo también quién dijo cada cosa.
-Escucha un momento, ser degenerado nacido del caos por equivocación (Isabelle, creo que es lo más bonito que me han dicho nunca, xD).
-¡Ay...yo debo de estar menopáusico! (Miguelón, también conocido como Mercklad...sin comentarios).
-Nadie es perfecto...si no se nos cayesen los lápices al suelo, seríamos dioses (esta la dijo un servidor, como si lo de los lápices fuese el único defecto de la humanidad).
-Esta chica es una macarra atrapada en el cuerpo de una pija (por si acaso, pondré "anónima").
-Me voy a comer un bocadillo de calamares para vengarme de su raza...aunque también me tengo que vengar del ratón. Bueno, del ratón ya me vengué ayer, que comí en un chino (Álvaro, después de que dos problemas de un examen en los que intervenían dichos animales le saliesen mal).
-Y me dormiré cual hipogrifo al lado de la chimenea (Miguelón otra vez).
-Cualquier cosa susceptible de hacer gracia me hace gracia si la considero graciosa (esta es mía. Prometo que no estaba fumao; si se lee despacio, se ve que tiene sentido).
-¡¡¡Lo estás haciendo mal, Marina!!! ¿¡Cómo vas a calcular correctamente la posición del avión, si el enunciado dice claramente que es un helicóptero!? (Álvaro, ayudando a resolver problemas de Física, se centra siempre en lo esencial e imprescindible, xD).
-He soñado que morías a manos de un ión ferroso (esta es de Isabelle, y se la dijo a Álvaro...se ve que, en época de exámenes, la angustia se apodera de nuestras mentes y nos hace imaginar cosas raras...).
-Es decir, que hay gente capaz de odiarnos por ser fieles seguidores de Star Wars y tener un vocabulario rico y variado...¿pero acaso hay cualidades mejores? (esta es mía).
-Si tengo que animar a una chica de 19 años aterrada, soy como un enfermo de parkinson haciendo de neurocirujano con una llave inglesa (esta frase es de Bruce Willis, en su papel de Hartigan en la peli de Sin City; la frase es tan increíblemente buena que la hemos adoptado para nuestro uso).
-Si pensáis en un "brazo de gitano", veis que tiene una morfología cilíndrica con un bandeado concéntrico (nuestro profesor de Geología, poniéndonos un símil para explicarnos una cosa. La verdad es que es lo primero que todo el mundo piensa cuando tiene delante un "brazo de gitano"...).
-Esto nos podría dar para horas y horas de debate filosófico (esta frase fue pronunciada por mí, refiriéndome a un pedrusco en una práctica de Geología. Mis compañeros de mesa reaccionaron de diversas maneras, pero en la cara de todos ellos detecté expresiones en plan "tengo que alejarme de este psicópata antes de que le dé por hacer alguna cosa rara...")
-No eres imbécil, eres...diferente (Álvaro, cada vez que alguien comete un error y dice "Soy imbécil").
-Si os "calláis" más bajo, podré explicaros esto (genialidad de la profesora de Histología).
-¡Eh, que no siempre he sido un perturbado! (de nuevo Álvaro)
De momento dejo ésas, para abrir boca...ya iré poniendo más recopilatorios. Este es solo el primero...si los implicados en las frases ven que falta alguna, les ruego que la incluyan en algún comentario. Por lo demás, ahí están éstas. Espero que os hayan gustado...

viernes, marzo 03, 2006

Constancia

Sábado 25 de febrero. 9:30 A.M. Suena la alarma del reloj. Lord Kilian se levanta pleno de energía y vitalidad, completamente animado y listo para afrontar todo lo que se le ponga por delante (es una licencia que me he tomado para no escribir: "Juan Carlos hace movimientos espasmódicos con la mano intentando atrapar el p*** reloj que descansa en la mesilla de noche y callar el p*** timbrecito que le está sacando de quicio antes de rodar fuera de la cama, maldiciendo en todos los idiomas el examen de prácticas de Geología que debe empezar a estudiar ya"). Se asea y desayuna. Se prepara para estudiar: cuaderno, prácticas resueltas, fotos de minerales, material de dibujo...todo. Vamos allá:
"La textura de una roca plutónica viene definida por..."
La puerta de la habitación se abre, y lord Kilian se encuentra con su hermana Amalia, que le pregunta si podría acompañarla a la papelería para recoger el sexto libro de Harry Potter. Kilian acepta encantado.
Craso error.
Ambos hermanos emprenden camino, luchando contra la lluvia, el viento y toda la furia de los elementos. Llegan a la papelería y realizan el viaje de vuelta, con el libro en su poder.
Lord Kilian le dice a su hermana que va a echarle una ojeada, y que en cuanto quiera se lo reclame. Amalia asiente y su hermano empieza a leer.
Página 1...página 2...página 3(...) página 50...mmmh, debería ponerme a estudiar...
"El ángulo de orientación de un perfil topográfico..." Bah, luego en un ratito sigo, veamos...página 60...página 61...
A la hora de comer, la página 237 está muy interesante y no sería aconsejable interrumpir la lectura en ese punto. Lord Kilian baja a comer para después reanudar su lectura.
Diez y media de la noche. Página 404. Venga, mañana me levanto pronto y estudio...


Domingo 26 de febrero. Kilian se levanta a una hora prudencial, agarra el libro y se pone a leer. Toca desayunito en Madrid con la familia, pero debe estar de vuelta en casa sobre la una, ya que tiene que reunirse con su grupo de catequesis para preparar una cosa. Perfecto, podré estudiar en el metro, en el viaje de vuelta...
Después de un agradable rato de lectura en el metro durante el viaje de vuelta y de pasar por casa para dejar el libro, Kilian se reúne con su grupo. Vuelve a casa para comer, tal como tenía previsto.
A eso de las ocho y media de la tarde, tras otro vano intento de comprender cómo se hace un mapa de pendientes, Kilian llega a la sabia conclusión de que, por mucho que lo intente, no conseguirá concentrarse mientras le quede algo por leer, y que lo mejor que puede hacer es quitárselo de encima cuanto antes para evitar tener en mente cualquier cosa que pueda distraerle. Se acomoda y continúa con su lectura, muy orgulloso de sí mismo.
Doce y media de la noche. Los ávidos ojos de Kilian han recorrido ya la última de las páginas. Cierra el libro, satisfecho, y se sienta de nuevo a su mesa de trabajo. Tal vez si ahora intenta estudiar algo...vaya, hombre. No se ha dado cuenta hasta ahora del sueño que tiene. Bueno...mañana es lunes...tengo mucho tiempo aún...mañana estudio, en serio...si total, aunque me quede ahora un rato no me va a servir de nada...
"No hay nada como la constancia", es su último pensamiento antes de quedarse dormido.