viernes, diciembre 30, 2005

¿Quiénes son los pringaos?

Ayer nos fuimos a Plaza de Castilla, a ver la exposición de "Faraón". Kin y Carlos también iban a ir, pero nosotros llegamos allí antes que ellos, por aquello de que a quien madruga Dios le ayuda. Nos pusimos al final de la enorme cola que había para ir a las taquillas, dispuestos a esperar lo que fuese necesario. Entre nosotros y las taquillas había una pirámide a tamaño natural, muy realista (obviando el hecho de que estaba hecha de espuma de poliuretano y que tenía pararrayos), en la que, por lo visto, había una proyección espectacular cada cierto tiempo. A Marta le llamó mucho la atención, y mi padre nos sugirió que nos acercásemos, porque ahí había para rato y nos daba tiempo a verla. Así que allá que fuimos mis hermanas y yo, a ponernos a la cola de la pirámide (porque, evidentemente, también había cola para entrar ahí).
No es que hubiese demasiada gente, pero la proyección tenía una duración, y la pirámide un aforo limitado. Con lo cual, simplemente había que esperar a que acabase la sesión y rezar para que el siguiente grupo que pasase nos abarcase a nosotros. Aun así, la espera se hacía lenta y aburrida, como manifestó Amalia a los cinco minutos de llegar a la pirámide sintética. Le sugerí que fuese paciente, pero lo cierto es que yo también estaba ligeramente aburrido (mi mayor entretenimiento lo tuve cuando pasó una vieja con cara de pocos amigos que me indujo a pensar que si la exposición se hubiese llamado "Neanderthal" tampoco habría desencajado). Al final, cuando mi impetuosa hermana estaba a punto de largarse con viento fresco para dar un paseo, aparecieron Carlos y Kin, asomándose por un lateral de la pirámide. Vinieron hacia nosotros, les saludamos, y Amalia agarró a Carlos y se lo llevó a dar el paseo que tenía previsto.
Cómo no, en cuanto les perdimos de vista se abrieron las puertas que nos llevarían a la sala de proyección. Intenté llamar a Amalia pero, cómo no, se había dejado el móvil en casa. Se me ocurrió la idea de ir a buscarles pero, cómo no, ya estábamos entrando en la pirámide y eso implicaría tener que guardar cola otra vez hasta que terminase de nuevo la película. Así que me encogí de hombros y le dije a Marta (la única de los presentes que me había permanecido fiel): "Pues se siente. Ellos se lo pierden."
Con porte majestuoso, riéndonos al imaginarnos la cara que se les quedaría a los muy pringaos, pasamos por el torniquete que había a la entrada, donde un señor muy amable repartía gafas de esas para ver en 3D. Sonriendo, fui a coger las nuestras pero él nos miró y dijo: "¿Y vuestras entradas?"
La sangre y el color abandonaron mi rostro, para volver luego a él con demasiada intensidad, y lo mismo pasó con la sonrisa amable, que quedó reducida a una mueca grotesca antes de convertirse de nuevo en sonrisa (esta vez, completamente estúpida), mientras yo balbuceaba: "Ah, ya, estooo...¿qué entradas?"

domingo, diciembre 25, 2005

Navidad

"Navidad no es una fecha. Navidad es una manera de vivir haciendo nacer y revivir todo lo que está a nuestro lado.
Es Navidad cuando te acercas a alguien, en silencio, esperas y confías en él, por encima de todo.
Es Navidad cuando acampas junto a alguien no buscando lo que tiene, sino reconociendo lo que es.
Es Navidad cuando dejas tu sitio y sales a "plantarte" en los sitios de los últimos.
Es Navidad cuando sabes escuchar los gritos de alguien y éstos te conmueven las entrañas.
Es Navidad cuando en vez de juzgar a los otros, comprendes y amas.
Es Navidad cuando no derrochas y compartes lo que tienes.
Es Navidad cuando tu mirada y tus palabras crean esperanza, alegría y ganas de vivir al que está contigo.
Es Navidad cuando ves la luz en la noche y tu luz guía y llena de claridad a los demás."

Esto es una oración de mi Comunidad del colegio, hará dos o tres años...pues eso. Lo dicho...yo creo que todo está claro, ¿verdad? La Navidad no son solo regalos, luces y polvorones...cualquier época del año, cualquier momento, es bueno para hacerle un hueco en nuestro corazón al niño Jesús, ¿no? Simplemente, sonriendo y llevando alegría a las personas que más cerca tengamos, intentando que sean felices, estaremos "haciendo Navidad"...es muy fácil.
Espero que hayáis pasado un feliz día, que hayáis sido luz para los demás, y que estéis disfrutando de las vacaciones y las fiestas...un fuerte abrazo.

viernes, diciembre 23, 2005

Lo primero que se aprende

No falla. En cuanto somos extranjeros en algún sitio, en cuanto el idioma que estamos manejando no es el nuestro, nos preocupamos por conocer todos y cada uno de los recovecos de esa nueva forma de comunicación...y cuando digo "todos y cada uno de los recovecos", quiero decir todos y cada uno.
Comenzaré por una pequeña introducción: hace muuucho tiempo (bueno...tampoco tanto, no os vayáis a creer), cuando estábamos todavía en Educación Primaria y veíamos en clase de Inglés películas subtituladas, no podía evitar sentir curiosidad cada vez que algún personaje insultaba a otro, o soltaba alguna expresión malsonante. Yo lo veía escrito en los maravillosos subtítulos, y pensaba: "¿Cómo lo ha dicho?", con la nada sana intención de saber cómo emularle si se presentaba la ocasión.
Otro ejemplo: más adelante, siendo ya mayorzote, en 4º de la E.S.O. hicimos intercambio con los alumnos de un colegio de Lyon. Ese año nos tocaba a los de Madrid ir a Francia, y al año siguiente serían los lyoneses los que fuesen a nuestro colegio. Bueno, pues lo que ocurrió fue que, nada más bajarnos del autocar en el que íbamos y poner un pie en el colegio de los franceses, estos nos rodearon y nos preguntaron si teníamos buenos insultos en castellano. (Huelga decir que la siguiente hora fue para ellos muy productiva de cara a cuando viniesen aquí, ya que aprendieron todo el vocabulario básico que necesitaban).
Y, luego, está el caso de Isabelle: Isa es una chica belga que lleva viviendo dos años en España y que se maneja perfectamente en nuestro idioma, salvo cuando se trata de palabras muy extrañas o de frases hechas rebuscadas. Hace unos días, Álvaro, Isa y yo estábamos charlando en un cambio de clase, y hubo un momento en que ella nos preguntó si alguno de los dos le podríamos dejar los apuntes de Matemáticas, dado que a los suyos les faltaban algunas cosas o no estaban del todo bien. Álvaro se ofreció de buen grado a dejarle los suyos, ya que -le dijo-: "Mis apuntes son pistonudos".
Isa frunció el ceño, extrañada, y le preguntó qué significaba la última palabra. Nuestro amigo solo tuvo que pronunciar una más para hacerse entender: "cojonudos".
En fin. Sobran las palabras...en todos los sentidos. No tenemos remedio. :)

martes, diciembre 20, 2005

Sobre comida y pedruscos

Lo de Geología es que no tiene nombre. Y lo del profesor que la imparte, tampoco. Estamos disfrutando de una magnífica e interesante clase acerca de minerales y rocas, con un velo de sopor cubriendo la clase y a sus habitantes, que luchamos por mantener los ojos abiertos y coger apuntes (en los que se observan persistentes torceduras de los renglones hacia abajo a medida que avanza el texto, mientras nuestra cabeza se acerca más y más a la mesa), cuando el profesor comenta algo que atrae ligeramente nuestra atención: materiales volcánicos.
El tío, muy animado, prosigue su charla: "El magma, al ir avanzando, arrastra en su interior fragmentos de roca. Las rocas volcánicas suelen tener un color muy oscuro, y no tenéis que iros muy lejos para buscar ejemplos...aquí mismo, en la cafetería de la Facultad de Ciencias, os habréis fijado en que la barra es una losa negra. Ese color se debe precisamente a su composición de origen volcánico, y si miráis bien, se pueden observar también pequeños trozos que son de otro color: esas son las inclusiones de las que os hablaba, fragmentos de otras rocas que quedaron atrapadas cuando la lava fluía, y se puede incluso distinguir la orientación y la disposición de planos de los pequeños trozos..."
El profesor sigue hablando. Nosotros ni respiramos. Nadie dice nada. Nadie se mueve. Si hubiésemos estado al aire libre habríamos podido escuchar la brisa, pero como estamos en un sótano, no podemos. Se siente, otra vez será.
¿Y a qué se debe tanta calma? ¿Nos hemos quedado definitivamente dormidos? No, el silencio sobrenatural lo ha provocado el hecho de que estamos boquiabiertos, con los ojos fuera de las órbitas ante el contundente discurso que acabamos de oir. Porque claro, ¿cómo no se nos había ocurrido hasta ahora que teníamos tanta geología metida en una simple barra de bar? Si es que es lo más normal, llegar y decir: "Buenas, ¿nos das un pepito de ternera y un pincho de tortill...?¡Huy, chicos, mirad! La parte pulida que tengo a mi derecha corresponde a una veta de biotita perfectamente definida, mientras que a su lado podemos decir sin temor a equivocarnos que tenemos una inclusión de anfíbol en forma de cabeza de antílope africano y orientado hacia abajo, todo ello rodeado por la roca de lava original, que a juzgar por los dibujos que presenta, bajó por la ladera del volcán siguiendo una pendiente de cuarenta y tres grados y medio de inclinación..."
Si es que no puede ser; somos unos incultos, ¡no habernos dado cuenta de todo eso! Por favor, a dónde va a ir a parar este mundo con delincuentes como nosotros, quienes a la hora de comer no habríamos notado la diferencia si la barra hubiese sido de plástico...mal, muy mal...¿cómo podremos dormir tranquilos con ese peso en la conciencia?
Solo hay una cosa que me intriga ahora: cuando el profesor vaya a pasar la tarde a casa de algún amigo que acabe de mudarse, ¿empezará la visita diciendo: "Sí, tienes una casa muy bonita...se puede observar que en su contrucción se emplearon materiales con un alto contenido en silicio, que es lo que le da esa característica tonalidad...¿y has observado esa repisa de caliza...? Es muy interesante...", o algo por el estilo? Porque sería genial ver la cara del dueño cuando se entere de que tiene todo eso en cuatro paredes...

viernes, diciembre 16, 2005

Surrealista

¡Lo logrééé!Gracias a la Experta, por fin he podido publicar...(un saludo, Experta, y muchas gracias). Bueno, lo que os iba a haber contado el día 14 es que, al entrar en clase, me llamó la atención el título de una columna del periódico "Metro", que Laura (una compañera mía) estaba leyendo. Al mirar por encima de su hombro y leer el resto, me quedé a cuadros...se lo comenté a mis amigos y pasamos un rato agradable, alucinando en colores...os la dejo aquí para que hagáis lo mismo.
Disfrutadla.

miércoles, diciembre 14, 2005

Vaya, hombre

Bueno, chicos, yo tenía pensado poner aquí un post muy chulo, pero Blogger me ha dado problemas para subir una imagen...lo seguiré intentando, pero de momento me despido hasta mañana.
Disculpad las molestias.

martes, diciembre 13, 2005

Martes y trece

Nunca he sido una persona supersticiosa. ¿Por qué habría de serlo? Cuando esta mañana he mirado en el reloj la fecha que era, me he encogido de hombros y me he puesto en marcha en seguida. Y lo cierto es que me ha ido muy bien, durante el día no ha ocurrido nada malo, ni digno de mención...bueno, sí que han ocurrido varias cosas, sí:
-Primero: Casca Cercanías...¡oh, qué cosas! Claaaro, llevaban una semana sin hacer huelga y tenía que pasar algo importante...Hala. Un fallo en las obras del A.V.E. que deja inutilizado el servicio de trenes en medio Madrid. En principio no me afecta, dado que estoy yendo en autobús a la Universidad, pero hay que tener en cuenta que TODAS las personas a las que sí les afecta han tenido que buscar medios de transporte alternativos. Resultado: las carreteras colapsadas. Y allá que voy, empleando cuarenta minutos en recorrer los...¿ocho? ¿diez? kilómetros que separan mi casa de la Facultad. Y no he sido el único: Álvaro ha tardado dos horas en cubrir una distancia similar, la mayoría de la gente ha llegado con mucho más retraso y, en definitiva, el caos ha imperado por doquier.
-Segundo: Según entra el profesor de Matemáticas en el aula (un tío seco, con cara de pocos amigos y sus buenos cincuenta y bastantes años), Dani y Vero se dan media vuelta y nos susurran: "¿Os habéis fijado en que siempre lleva tanga?" Yo he palidecido y me he pasado una hora tratando de contener las náuseas al imaginar cosas muy desagradables. ¡Ajjjj...!
-Tercero: No sé quién será el arquitecto que diseñó la Facultad de Ciencias, pero ha conseguido que una compañera mía y yo nos desquiciemos buscando el laboratorio donde damos las prácticas de Química, situado en un módulo del edificio dejado de la mano de Dios, que además no guarda ningún orden con respecto a los demás módulos (está el módulo 7 al lado del 15, el 3 metido entre medias, el 16 en otro plano astral...) En fin, si no fuese porque solemos ir con Álvaro al susodicho laboratorio, aún estaríamos dando vueltas por el interior del edificio, buscando alguna pista que nos llevase hasta allí.
-Cuarto: una vez allí, ya instalados, reunidos con Álvaro y los demás compañeros, hemos pasado tres horas y pico haciendo la práctica, que habría salido muy bien si justo al final, ya en el momento de recoger, aquel puñetero matraz con ansias de libertad no se hubiese escurrido de la mano de Álvaro, quedando reducido a un millón de pequeños cachitos de vidrio.
-Quinto: por la noche, de paseo con Athos, he estado a punto de descalabrarme por culpa de un resbalón en la tierra helada del camino...paciencia. ESTA VEZ, todo se ha quedado en un susto...pero sé que el bache está esperando impaciente a que yo pase de nuevo por ahí mañana a la misma hora.
Bueeeno...como ya he dicho antes, no soy nada supersticioso, así que atribuyo todas estas cosillas a las casualidades de la vida, que un día nos lo pone muy fácil y el siguiente muy chungo...no tiene nada que ver que el día en cuestión sea precisamente hoy.
(¡¡¡Por favor, que llegue ya mañana!!!¡¡¡Auxiliooooooo!!!)

domingo, diciembre 11, 2005

Tecnología punta

Ayer tuvimos visita: vinieron unos amigos de la familia, que tienen dos hijos de edades similares a las de mis hermanas. Merendamos y después, para que se entretuvieran, encendí la videoconsola. Dado que la Dreamcast está pachucha y no funciona bien (tengo que averiguar qué le pasa), recurrí a la vieja Sega Mega Drive, toda una reliquia del mundo de los videojuegos. Estuvimos jugando un rato (y cómo enganchaba...ahora tenemos mucho 3D y mucho 128 bits y etc.etc.etc., pero ya no se hacen juegos como antes), hasta que de repente la pantalla tembló ligeramente y la imagen se oscureció.
Pausé el juego y empecé a indagar qué podría ser...tal vez la toma de antena, que estaba mal enchufada y por eso fallaba, o tal vez la conexión entre la tele y la consola, que no estuviese bien puesta, o tal vez el cartucho de juego estaba algo sucio, o tal vez...pero no.
Mientras aún estaba pensando qué podía ser, mi hermana Marta se levantó de su sitio con ademán resuelto y se encaminó hacia el televisor. Yo pensé: "No es posible", pensando que se metería detrás del aparato, conectaría cuatro cablecitos y dejaría todo hecho una maravilla. Una vez más, me equivoqué.
Ni toma de antena, ni conexión, ni cartucho sucio, ni leches. Según llegó junto a la tele, escogió un punto específico en un lateral de la misma, levantó el puño y le dio dos breves golpes en el lugar indicado. La imagen parpadeó y se quedó impecable. Con el mismo ademán resuelto, Marta se dio media vuelta y regresó a su lugar mientras yo la contemblaba anonadado y con los ojos como platos.
Y aquí estoy ahora...traumatizado e intentando superar la dura realidad: que incluso mi hermana de nueve años se entiende mejor que yo con los electrodomésticos y con todo aquello que tiene que ver con tecnología.

viernes, diciembre 09, 2005

Curiosidades de primera hora

8:45 A.M.Salgo de casa en dirección a la parada de autobús, entre bostezos y gruñidos. Al llegar allí me encuentro con Yaiza, Pizco, Pablo y Ana, y les saludo (entre bostezos y gruñidos). Ellos me responden (lo habéis adivinado: entre bostezos y gruñidos) y nos quedamos esperando el autobús. Una vez llega y subimos, nos colocamos donde podemos y empezamos nuestro viaje a la Universidad. Ni siquiera nos enteramos de los baches del camino, porque estamos totalmente dormidos, hasta que el autobús da un bote especialmente brusco.
-¡Cuac! Ése era un señor bache -exclamo yo, sobresaltado.
-¡Hey, eso que has hecho es del pato Donald!¡Cómo mola! -dice Yaiza.
-Ah, sí... -respondo- sí, lo sé hacer desde que era pequeño. Hago muchas voces...
En esto, interviene Ana:
-¿Sabéis que el pato Donald fue censurado en Finlandia? -dice, con la mirada perdida y una expresión soñadora en la cara.
-¿Ah, sí? -pregunto yo a mi vez, incapaz de creer que un personaje tan simpático e inocente sea censurable- ¡No puede ser!
-Sí... -responde Ana, con el mismo gesto abstraído- Por no llevar pantalones.
Los demás nos reímos como posesos. Personalmente, semejante censura me parece una chorrada* y, además, es muy fácil que nos dé la risa floja a esas horas.
-Jo, pues qué rigurosos, ¿no? -dice Pizco, tratando como yo de entender qué puede tener de perverso que Donald no lleve pantalones.
-Sí -dice Ana, tras lo cual añade sabiamente:- De todas formas es un poco absurdo que un pato (que va sin pantalones) lleve una chaqueta, ¿no?
Parpadeamos, pero no tenemos más remedio que admitir que tiene razón:
-Joé, por supuesto, qué cosas, je je je...
De todas formas, aunque hubiésemos querido discutir acerca del tema, no habríamos podido. Todos los que hayáis pasado por una situación parecida (medio dormidos e intentando filosofar) entenderéis que llegados a este punto la conversación tenía ya un nivel excesivo para lo que podíamos soportar a esas horas...
*Ojo: lo de la censura es cierto. Real como la vida misma. Unos días más tarde, Yaiza nos llevó la noticia donde aparecía publicado...

jueves, diciembre 08, 2005

Manazas

En la Universidad tenemos asientos abatibles, en plan cine. Me entretengo mucho entre clase y clase jugueteando con el de Álvaro, que debe de necesitar un engrase porque siempre se queda abajo en lugar de volver a su posición original (ése es el principal encanto del asiento, que me ayuda a concentrarme en mis grandes reflexiones de por la mañana).
-¿Qué tenemos ahora?-dice Álvaro, mientras se levanta de la silla para estirar las piernas.
-Citología-respondo yo, mientras mi mano se va sin poderlo evitar al asiento ahora vacío y lo abate (ñiiiiic...)
-¡Genial!-exclama-.¿Te importaría dejar mi silla en paz?
Ñiiiiiiic, ñiiiiiiic
-Ehm...no, no, ahora la dejo (ñiiiiiiiic, ñiiiiic, ñiguiñiguiñigui)
-Bueno...voy a ver si pillo algo en la cafetería. Ahora vuelvo.
Ñiiiiguiñiguiñigui...
Ñiguiñiguiñigui...CRONCH.
Aterrorizado, contemplo con ojos de besugo el tornillo de dos kilos de peso, con el trocito de metal hasta entonces soldado a la silla, que se ha quedado en mi mano, y que antes sujetaba el asiento a uno de los enganches laterales. Intento reensamblarlo para que no se note, pero tengo el mismo éxito que habría tenido si hubiese pretendido pasar desapercibido tocando la gaita en Gran Vía. Lo dejo como buenamente puedo y, cuando Álvaro reaparece en clase, intento poner cara de bueno. No debo de resultar muy convincente porque, nada más verme, levanta una ceja y dice: "¿Qué has hecho?"
Le digo: "Sí, bueno, es queee..." y le enseño lo que queda de su silla. Él, con cara de "no es posible", no admite mi sugerencia (quedarse muy quieto y sin moverse para que el tornillo no se salga de su sitio y pueda pasar una tranquila clase) y decide que pasa de meterse una toña contra el suelo en mitad de clase. Coge sus cosas y se traslada a un lugar más seguro, donde no corre peligro de acabar con sus dientes en el tablero de la mesa. Y, por mucho que intento hacerle alguna chapucilla al asiento para que quede más o menos estable, no consigo sino que se caiga del todo.
Al día siguiente, cuando me encuentro con Chema en el autobús de camino a la Uni, me pregunta: "Oye, ¿os habéis mosqueado Álvaro y tú, que ayer vi que se sentó en otro sitio?"
Yo le desengaño: "No, no te preocupes...es bastante más complicado que eso."

martes, diciembre 06, 2005

Un respeto, señora

Cuando era pequeño, al coger el teléfono, tooodo el mundo me confundía con mi madre. Era un poco cansino cogerlo cada vez que sonaba y tener que decir: "¿Sííí?"..."No, soy Juan Carlos".
Luego, a medida que fue pasando el tiempo, eso cambió. La gente ya empezó a saber que era yo en cuanto me oían hablar y, más adelante, empezaron a confundirme con mi padre. Esto último me moló bastante más, la verdad, porque daba a entender que mi voz ya era una voz firme y varonil, y me hacía sentir orgulloso.
Sin embargo, ayer ocurrió algo que me confundió terriblemente y estuvo a punto de causarme un trauma irreversible.
Estaba yo solo en casa, disfrutando en paz de una tarde de relax, cuando el clásico timbrecito del teléfono llenó mis oídos. Me levanté de mi silla y, diligentemente, procedí a cogerlo.
-¿Sí?-pregunté, con mi tono más grave y educado.
-¡Hola!-contestó una voz amable, al otro lado de la línea-.¿Está tu mamá?

lunes, diciembre 05, 2005

We love Geology

En una carrera hay dos tipos de asignaturas: las que tienen una relación más o menos directa con la misma, y aquellas de las que no tienes ni puñetera idea de por qué las estás estudiando, a pesar de darle mil vueltas al asunto y pensarlo desde todos los puntos de vista habidos y por haber.
La Geología, en mi carrera de Biología, es una de las pertenecientes al segundo grupo. Respeto la asignatura cuando aparece en carreras en las que, efectivamente, es importante, pero no consigo ver la relación que puede tener con lo que yo hago (excepto, quizá, por los fósiles, que después de todo son plantas y animales, y por aquello de la composición química del terreno de un ecosistema, puntos ambos de los cuales en clase sólo hemos tocado el primero, y muy por encima). Así, en clase, cojo apuntes e intento enterarme, pensando que el día que me pongan una roca delante y me digan "¿Qué es esto?", yo contestaré con sencillez: "Pues un pedrusco", sin pararme a pensar si es magmático o sedimentario o peripatético o todas esas cosillas.
Con esta breve introducción paso a relatar que, cuando estábamos planificando las clases para esta semana (nos hemos cogido puente y enlazamos una fiesta con otra), en la hora de Geología, nuestro profesor (el doctor Roca para nosotros) dijo lo siguiente: "Los días oficiales de fiesta son el martes y el jueves". Entonces yo, mirando hacia Álvaro, le digo: "¿Tenemos algo que hacer esos días?", y él se pone a pensar: "Veamosss...el martes nos perderíamos las prácticas de Química..." Y en ese momento nuestros cerebros se iluminan y, con una mirada de triunfo, gritamos los dos mientras golpeamos el aire en señal de victoria: "¡¡¡Y el jueves, la clase y las prácticas de Geología!!!¡¡¡TOMAAA!!!"
Tal vez no sería para preocuparse si no estuviésemos donde estamos: sentados en segunda fila, justo en el centro de la clase y a un metro y medio de la tarima donde está el profesor...¿se habrá molestado?

viernes, diciembre 02, 2005

Culturilla general

Preguntadle a mi madre cualquier cosa de Historia, que se la sabrá a la perfección. No importa lo que sea, ella os podrá contar, como si lo hubiese vivido en directo, cómo se descubrió el fuego, los pormenores de la llegada de los romanos a España, las dos Guerras Mundiales, el feudalismo, la Guerra de la Independencia, el siglo de Pericles, la Guerra Civil...lo que se os ocurra. Sin embargo, hay una guerra, la más interesante y chula de todas, de la que no os sabrá decir casi nada: la Guerra de las Galaxias.
Y, aunque yo intento inculcarle estos temas sin el conocimiento de los cuales nunca podrá ir por ahí con la cabeza alta (a mi parecer), al final siempre me veo obligado a desistir...
Ella: -Sí, yo voy con el Imperio....
Yo: -Mamá, el Imperio son los malos.
Ella: -Ah, bueno, pues entonces con la Federación de Comercio...
Yo: -Mamá, la Federación también es mala.
Ella: -Jo, pues entonces con los separatistas...
Yo: -¡¡¡Ay, por Dios!!!
Ella: -¿Pero quiénes son entonces los buenos?
Yo: -Principalmente, los Jedi y los rebeldes...y luego, personajes que no están dentro de ningún grupo...
Ella: -¡Ah, sí, lo de los rebeldes me suena! Que ahí es donde está el Barbaider ése, ¿no?
Yo: -¡Ougghhh...! ¡Mamá, DARTH VADER (no "Barbaider") es el malo malísimo!
Ella: -¿Pero el malo no era lord Voldemort?
Yo: -Sí, mamá...¡¡¡el malo de HARRY POTTER!!!
Ella: -Ah, vale, vale...sí, el Vader ése es el de el tatuaje rojo y negro, ¿no?
Yo: -Ese es Darth Maul, mamá. Vader es el de el casco y la respiración ffff-ghhh...
Ella: -¿Pero cuántos Darth hay?
Yo: -Cuatro, en la historia principal: Maul, Sidious, Tyrannus y Vader. Todos los Sith llevan el prefijo Darth.
Ella: -¿Qué...qué son los Sith...?
Yo (pasándome con paciencia la mano sobre la cara): -Ayyy...los Sith son Jedi malos, mamá.
Ella: -¿Y los Jedi eran...esos de las orejas largas y el misa, misa?
Yo: -¡AAAAAAAAAAAARRRRRGGGGGGGGHHHHHHHHH! Mira, mejor lo dejamos. Ya lo intentaremos otro día...